CAPITULO SEIS
(Tomado del libro “Señor,
¿Qué debería hacer?”)
Por
Fred R. Coulter
www.iglesiadedioscristianaybiblica.org
Los Cristianos no deben tener compañerismo con
aquellos que se apartan de la doctrina de Jesucristo
¡El Nuevo Testamento claramente muestra que falsos
apóstoles estaban obrando dentro de las iglesias de Dios mientras los
verdaderos apóstoles de Jesucristo todavía estaban vivos! Habían “muchos
engañadores” trayendo falsas enseñanzas inventadas por medio de
manipulación engañosa de la Palabra de Dios. Estas enseñanzas que sonaban como
si fuesen benditamente verdaderas eran cubiertas en la terminología de “nuevo
entendimiento” o “nueva luz,” pero en realidad eran enseñanzas que se originaron
en la oscuridad espiritual antigua de Satanás el diablo.
¡El mismo engaño está teniendo lugar dentro de las
iglesias de Dios hoy! Los proveedores del engaño están bebiendo directamente de
la “copa
dorada” de fornicación espiritual de la mano
de esa antigua ramera, “Babilonia la
Grande, la madre de las rameras y de las abominaciones de la tierra.” Mientras estos
engañadores beben el vino de falsas doctrinas, y proclaman las antiguas fábulas
de Satanás como “nueva luz,” ellos están guiando a los hermanos de Jesucristo a
oscuridad espiritual.
¡Dios nos ha llamado fuera de esa oscuridad! ¡No
debemos volver a ella! El apóstol Pablo dijo que él fue llamado para predicar
el verdadero Evangelio de Dios, “....Para abrir sus
ojos, para que ellos puedan volver de la oscuridad a la
luz y de la autoridad de Satanás a Dios....” (Hechos 26:18).
Jesucristo nos advirtió no participar de la
oscuridad de Satanás al permitir que nuestras mentes sean corrompidas con
falsas enseñanzas. Él sabe que creyendo las mentiras de Satanás nos robará
nuestro entendimiento espiritual. Él advirtió, “La luz del cuerpo es el ojo. Por
tanto, si su ojo esta sano, su cuerpo entero estará lleno de luz. Pero si su ojo es malo, su cuerpo entero estará lleno de oscuridad.
Por tanto, si la luz que esta en ustedes es oscuridad, ¡CUAN GRANDE ES
ESTA OSCURIDAD!” (Mateo 6:22-23).
Muchos cristianos en tiempos del Nuevo Testamento
fallaron en prestar atención a las advertencias de Jesucristo y Sus apóstoles
contra engañadores que traerían falsas doctrinas. En su epístola a los
cristianos primitivos, el apóstol Judas advirtió de falsos hermanos que “se habían
arrastrado encubiertamente.” Estos falsos maestros eran aquellos que volvieron
la verdad del Evangelio de Jesucristo completamente en otro evangelio por sus
doctrinas perversas. Estos engañadores hicieron su camino en posiciones de
poder e influencia en las iglesias y luego sutilmente empezaron a pervertir los
hermanos. Después de la muerte de los apóstoles, la corrupción de la iglesia
apostólica de Dios fue tan repentina, tan completa y cabal que Jesse Lyman
Hurlbut escribió en su libro La Historia de la Iglesia Cristiana de los
vastos cambios en la iglesia, “Nombramos la última generación del primer siglo,
desde el 68 hasta 100 d.C., ‘La era de Sombras’...Por 50 años después de la vida de San Pablo, una
cortina cuelga sobre la iglesia, a través de la cuál nos esmeramos vanamente en
mirar; y cuando al fin se levanta alrededor del 120 d.C. con los escritos de
los padres de la iglesia primitiva, encontramos una iglesia en muchos aspectos
muy diferente de aquella en los días de San Pedro y San Pablo” (pág. 42).
Las iglesias de Dios fueron vencidas por la
oscuridad espiritual de falsas doctrinas. ¡Demasiados cristianos fueron
engañados al aceptar las “nuevas” doctrinas que aquellos que se negaron fueron
vistos como herejes! Aquellos cristianos que fueron fieles al verdadero
Evangelio de Jesucristo fueron sacados de las iglesias locales (III Juan).
Ellos dejaron las organizaciones de los hombres para amar y servir a Dios en la
luz de Jesucristo.
Solamente la iglesia en Efeso fue capaz de resistir las
enseñanzas engañosas de los falsos apóstoles. Jesús le dijo a los cristianos de
Efeso, “Conozco
sus obras, y su trabajo, y su resistencia, y que no pueden soportar a aquellos
que son malos; y que probaron a aquellos que se proclaman a
si mismos ser apóstoles, pero no lo son, y los encontraron
mentirosos.” (Apocalipsis 2:2).
¡Como los hermanos en Efeso, debemos probar y
comprobar las enseñanzas de ministros y apóstoles que reclaman traernos la
doctrina de Dios! Si fallamos en reconocer a los falsos apóstoles y sus
enseñanzas, sucumbiremos a sus influencias malignas y seremos apoderados por la
oscuridad espiritual. El apóstol Juan advirtió que no podemos tener
compañerismo con Dios si estamos caminando en oscuridad espiritual. “Y este es el mensaje que
hemos oído de Él y estamos declarándoles; que Dios es luz, y no hay en absoluto
oscuridad en Él. Si proclamamos que tenemos compañerismo con Él, pero estamos
caminando en la oscuridad, estamos mintiéndonos a nosotros mismos, y no estamos
practicando la Verdad.” (I Juan 1:5-6).
Solamente caminando en la luz de la Verdad podemos
tener compañerismo con Dios el Padre y Jesucristo. Aquellos que reclaman
conocer a Dios pero no practican la Verdad se están solamente engañando a ellos
mismos.
¿Por qué Dios permite el engaño y la apostasía?
Numerosos pasajes en el Nuevo Testamento describen
el engaño insidioso que llevó a las iglesias primitivas de Dios a apostatar de
la verdad. La apostasía es el resultado final de rechazar la luz de las verdaderas
doctrinas de Jesucristo y abrazar las falsas doctrinas de oscuridad espiritual.
Esta condición espiritual degenerada es permitida desarrollarse cuando una
iglesia llega a ser espiritualmente floja y letárgica. Los cristianos que han
perdido su amor por la Verdad y que fallan en “probar todas las cosas” por la Palabra de Dios, pueden fácilmente ser engañados por las doctrinas falsas
de Babilonia. Cuando estas falsas doctrinas son presentadas como “nuevo
entendimiento” por los así llamados apóstoles y ministros de alto rango,
la mayoría de los miembros de la iglesia las aceptan obedientemente como las
doctrinas de Jesucristo. Esta obediencia leal a la autoridad de la iglesia es
exigida en las iglesias donde el ministerio ejerce señorío sobre los
hermanos. Sin darse cuenta, los hermanos han cambiado su amor a Dios y su fe y
lealtad a Su Palabra, por una falsa fe en hombres corruptibles que prometen la
salvación a todo el que acate sus enseñanzas y sea leal a su organización.
Tal lealtad y obediencia extraviada es en realidad
idolatría. La reverencia servil exigida por ministros arrogantes en las
iglesias organizadas corporativamente ha reemplazado el verdadero amor y
adoración a Dios el Padre y a Jesucristo en Espíritu y Verdad. Estos líderes
exaltados de iglesias se han puesto ellos mismos entre los hermanos y Dios y
han engañado a ministros de menor rango y a hermanos acerca de confiar en las
palabras y acciones de hombres, en vez de confiar en la Palabra de Dios y Su
poder. Tal como las Escrituras proclaman, “Teniendo una apariencia exterior de piedad, pero negando el
poder de la verdadera piedad. Pero en cuanto a ustedes, aléjense
de todos esos.” (II Timoteo 3:5).
El apóstol Pablo personalmente advirtió a los
ancianos de Efeso que engañadores entrarían en la iglesia después que él se
fuera. En una reunión especial con los ancianos en Mileto, Pablo también
declaró que incluso algunos de ellos, quienes habían sido ordenados como
ministros de Jesucristo, empezarían a pervertir a sus hermanos en la
iglesia (Hechos 20:28-30).
Luego, cuando Pablo estuvo en prisión, escribió una
carta para advertir a la iglesia entera en Efeso acerca de hombres engañosos
que intentarían apartarlos. Él los exhortó, “No dejen que nadie los engañe con vanas palabras; porque por
causa de estas cosas la ira de Dios viene sobre los hijos de desobediencia. Por
tanto, NO SEAN COPARTICIPES CON ELLOS.”
(Efesios 5:6-7).
Las palabras de Pablo muestran que estos hombres
estaban trabajando dentro de la iglesia. Ellos incluso pueden haber sido altamente
confiados por la congregación. Pero Pablo fue inspirado por Dios para advertir
a los hermanos de no participar de los errores de estos engañadores. Aquellos
que no prestaron atención a las advertencias de Pablo fueron alejados de
Jesucristo y de Dios el Padre hacia la oscuridad de la apostasía.
¿Por qué permitió Dios que las iglesias del Nuevo
Testamento cayeran en apostasía? ¿Por qué Dios no intervino para impedir que
los falsos maestros y falsos apóstoles pervirtieran a los hermanos?
El apóstol Pablo da la respuesta en su primera
epístola a los Corintios: “Porque es necesario que herejías estén entre ustedes,
para que aquellos que son aprobados puedan manifestarse entre ustedes.” (I Corintios 11:19).
Pablo nos dice muy claramente que Dios permite que
falsas doctrinas se levanten dentro de Sus iglesias para probar quién está
verdaderamente sirviéndolo. Los cristianos que están cimentados y
construidos en la Palabra de Dios serán capaces de discernir a los falsos
maestros y los rechazarán. Ningún engañador será capaz de seducirlos a rechazar
la Verdad de Dios.
En su epístola a los Efesios, Pablo instó a los
hermanos a crecer en el conocimiento de Jesucristo y no ceder a las doctrinas
de falsos maestros. “Para que no seamos mas niños, sacudidos y llevados con todo
viento de doctrina por las artimañas de hombres… [sus palabras solapadas y doctrinas engañosas]… en astucia, con vista a
la sistematización del error” (Efesios
4:14).
Esta traducción de las palabras de Pablo trasmite
el significado literal del texto griego. Estos engañadores estaban siendo
inspirados por Satanás a organizar sus falsas enseñanzas hacía doctrinas “autoritarias” incluso desde
antes de la muerte de Pablo. Este cuerpo de creencias más tarde llegó a ser el
credo oficial de la Iglesia Católica.
La manera para que los verdaderos cristianos eviten
ser engañados por estas doctrinas falsas es estar “…manteniendo la verdad en
amor, [para que] podamos crecer en todas las
cosas en Quien es la Cabeza [de la Iglesia],
Cristo” (Efesios 4:15).
Debemos refutar la herejía con sana doctrina
Pablo ordenó a Tito, un ministro compañero, a
resistir las falsas doctrinas y a ¡refutarlas con sana doctrina! En su
epístola a Tito, Pablo escribió que un verdadero ministro de Dios debe estar “Sosteniéndose firmemente a
la palabra fiel… [la Verdad de Dios]…, de acuerdo a las
enseñanzas de Jesucristo… [tal
como fueron enseñadas por el apóstol Pablo]…, para que pueda ser capaz de animar con sana doctrina
y condenar a aquellos que contradicen. Porque hay muchos rebeldes y
vanos habladores y engañadores, especialmente aquellos del partido de la
circuncisión. Cuyas bocas deben ser calladas; quienes están corrompiendo
familias enteras, enseñando cosas que no deberían, por amor de ganancia
egoísta...Este testimonio es verdadero. Por esta razón debes
reprenderlos severamente, para que puedan ser sanos en la fe; no prestando
atención a mitos judíos… [filosofía
Judeo/Egipcia, tal como enseñaron Filo y otros filósofos, lo cual incluía una
deidad trinitaria]… y mandamientos de hombres,
los cuales alejan de la verdad. Para los puros, todas las cosas son puras;
pero para aquellos que son profanos… [con
falsas doctrinas]… e incrédulos, nada es
puro; sino que ambas, sus mentes y conciencias son profanas. Ellos personalmente
profesan conocer a Dios, pero en sus obras Lo niegan, siendo
abominables y desobedientes, y reprobados hacia toda buena obra… [de crecimiento espiritual, Efesios 2: 8-10].” (Tito 1:9-16).
Los verdaderos ministros y hermanos fieles en las iglesias
de Dios deben estar preparados para refutar las falsas doctrinas con sana
doctrina de la Palabra de Dios. Los falsos maestros no serán capaces de
pervertir aquellas iglesias de Dios donde los ministros y los hermanos los
resisten. Estos engañadores buscarán que los sigan en otras congregaciones
donde los hermanos no están tan bien arraigados en la Palabra de Dios.
En el primer siglo hubo falsos maestros con
doctrinas anti-cristianas que dejaron las congregaciones fieles de Dios porque
no pudieron pervertir a los hermanos. El apóstol Juan escribió, “Pequeños hijos, es el
ultimo tiempo; y exactamente como han oído que el anticristo viene, incluso
ahora muchos anticristos se han levantado, por lo cual sabemos que es el
ultimo tiempo. Ellos
salieron de entre nosotros, pero no eran de nosotros porque si fueran de
nosotros, hubieran permanecido con nosotros; sin embargo, se fueron para
que pudieran ser expuestos y mostrar que todos ellos no eran de
nosotros.” (I Juan 2:18-19).
Estos engañadores continuaron predicando sus falsas
doctrinas en congregaciones donde los hermanos no los resistieron ni los
refutaron. Cuando los maestros anticristo habían obtenido posiciones de poder y
autoridad en estas iglesias, expulsaron a los verdaderos creyentes. Esta apostasía
diabólica estaba bien en marcha durante la vida del apóstol Juan, quien fue
inspirado por Dios a escribir, “Yo escribí a la iglesia, pero Diótrefes, aquel que ama ser
jefe entre ellos, no nos acepta. Por esta misma cosa, si vengo, lo llamaré a
cuentas por las acciones que esta practicando con palabras malignas—reprendiéndonos
maliciosamente; y no esta satisfecho con estas cosas, porque el mismo ni
recibe a los hermanos, ni les permite a aquellos que desean recibirlos,
sino que les prohíbe y los echa de la iglesia.” (III Juan 9-10).
¡Que paradoja! ¡Los falsos ministros de Satanás,
reclamando ser ministros de justicia, ahora estaban ejerciendo control sobre
las iglesias de Dios! ¡Los verdaderos hermanos de Jesucristo estaban siendo
excomulgados por estos falsos apóstoles! ¡Los hermanos que eran fieles a las
enseñanzas originales de Jesucristo y Sus apóstoles no pudieron tener mas
compañerismo en sus congregaciones locales!
Dios permitió que esta apostasía ocurriera en Sus
iglesias del primer siglo para separar a aquellos que retenían Su Verdad de
aquellos que seguirían las mentiras de Satanás. Aquellos hermanos fieles que se
oponían a los engañadores y sus falsas doctrinas fueron expulsados
forzadamente. Esta acción sirvió para separar a los verdaderos creyentes y
guardar su fe de ser erosionada por las influencias sutiles de las falsas
doctrinas.
Cuando falsas doctrinas empiezan entrar en las
iglesias de Dios, es responsabilidad de todo cristiano que ama a Dios y Su
Verdad, rechazar las falsas enseñanzas y refutarlas con la sana doctrina de
Jesucristo. Pero cuando falsos maestros y falsos ministros ganan control sobre
una iglesia de Dios y ellos no pueden ser expulsados, removidos o reemplazados
con ministros y maestros justos, entonces somos ordenados por la Palabra de
Dios a alejarnos de ellos.
En su primera epístola a Timoteo, Pablo muestra que
los verdaderos cristianos deberían retirarse a si mismos de aquellos que no
enseñan y practican la verdadera doctrina de Jesucristo. Pablo declaró, “Si cualquiera enseña
cualquier doctrina diferente, y no se adhiere a palabras sanas, aquellas
de nuestro Señor Jesucristo, y a la doctrina que es de acuerdo a la
piedad… [de acuerdo a la
Verdad de Dios]…, el es un
orgulloso y no sabe nada. Más bien, tiene una morbosa atracción a
cuestiones y discusiones sobre palabras… [argumentos desviados]…, de las cuales vienen envidias, argumentos, blasfemias,
sospechas malignas… [falsas
suposiciones]…, vanos razonamientos…
[argumentos desviados]… de hombres que han sido corrompidos…
[por filosofía y falsa teología]… en sus mentes y están destituidos de la verdad…
[porque creen y aceptan mentiras, y manejan
la Palabra de Dios engañosamente]…—hombres que creen que ganancia… [grandes membresías, edificios, catedrales,
colegios, poder político]… es piedad. DE TALES RETÍRATE TU MISMO.” (I Timoteo 6:3-5).
¿Se ajusta esta descripción a la iglesia que usted
asiste? ¿Tiene la iglesia que usted asiste ministros vanos, orgullosos y
pretenciosos, quienes usan altos términos teológicos pero en realidad no
entienden la Biblia? ¿Está su iglesia llena de preguntas y contiendas
doctrinales que están resultando en intimidación y amenazas? ¿Está siendo mal
guiado por falsas suposiciones y argumentos desviados de hombres de mente
corrupta? ¿Tiene su iglesia maestros que están destituidos de la Verdad? ¿Mide
su iglesia la posición espiritual con Dios por el número de miembros, edificios
y colegios? ¿Están siendo predicadas y aceptadas por su iglesia falsas
doctrinas como “doctrinas oficiales de la fe”? ¿Está siendo reemplazada la Verdad y el amor de
Dios, las sanas palabras y doctrinas de nuestro Señor Jesucristo con las medio
verdades y medio mentiras de Satanás?
Cuando cualquiera iglesia de Dios se hunde en este
estado degenerado espiritual, ¡los verdaderos cristianos son ordenados por Dios
a retirarse por si mismos! ¡Somos ordenados por Dios a rechazar todos los
falsos maestros! ¡Se nos prohíbe por la Palabra de Dios a recibirlos! ¡No
debemos ni escuchar sus falsas doctrinas ni tener compañerismo con ellos!
Sí, estos falsos ministros y falsos maestros tienen
apariencia de piedad, y sus enseñanzas suenan como verdaderas. Pero, tal como
Pablo escribió, ellos tienen una “apariencia exterior de piedad, pero negando el poder de la
verdadera piedad. Pero en cuanto a ustedes, ALÉJENSE DE TODOS
ESOS” (II Timoteo 3:5).
Los verdaderos ministros de Dios no predican falsas
medias verdades por doctrina. Pablo escribió, “Porque no predicamos a nosotros mismos… [nuestras propias ideas, basadas en filosofía o falsa
teología]…, sino a Cristo Jesús
el Señor, y nosotros mismos sus siervos por amor de Jesús. Porque es Dios
Quien ordenó a la luz brillar fuera de la oscuridad, Quien brilló
en nuestros corazones la luz del conocimiento de la gloria de Dios en la
cara de Jesucristo.” (II Corintios 4:5-6).
Pablo enseñó únicamente la Verdad de Dios y el
verdadero Evangelio de Jesucristo. Él nunca se comprometió con medias-verdades
o medias-mentiras. Él nunca fue corrompido por los falsos apóstoles y los
falsos maestros de sus días. Por el contrario, ¡se les opuso con toda su
fuerza! Pablo describe su confrontación con estos falsos maestros: “...por causa de falsos hermanos traídos en secreto, quienes
entraron a escondidas para expiar nuestra libertad la cual tenemos en
Cristo Jesús, para que ellos pudieran traernos a esclavitud; A quienes no cedimos en
sujeción… [a su así llamada autoridad]…, ni siquiera por una hora, para que la verdad del evangelio
pudiera continuar con ustedes.” (Gálatas 2:
4-5).
Cada verdadero cristiano debería seguir el ejemplo
de Pablo. No deberíamos ser intimidados por falsos maestros que intentan
ejercitar autoridad sobre nosotros. No debemos someternos a estos falsos
maestros, ¡sino oponernos a ellos con todo nuestro poder!
Si somos verdaderos cristianos, imitaremos a
nuestro Señor y Maestro, Jesucristo, Quien rechazo comprometerse con Satanás y
someterse a sus caminos malignos. Jesucristo se permitió a Si mismo ser
crucificado porque Él amaba a Dios el Padre y Su justicia.
Esteban, el primer verdadero mártir cristiano,
rechazó comprometerse durante su juicio por el Sanedrín judío. Después de
escuchar su valiente testimonio, los furiosos líderes religiosos tapaban sus
oídos y rechinaban sus dientes a él y le gritaban en un frenesí de odio
satánico. Luego lo atacaron y lo arrastraron fuera de la ciudad, donde lo
apedrearon hasta la muerte. ¿Cuál fue su crimen según ellos? ¡Él rechazó
comprometer el Evangelio de Jesucristo y la Verdad de Dios sometiéndose a su
autoridad y siguiendo sus enseñanzas! Él prefirió morir en Cristo Jesús en vez
de comprometer y aceptar sus mentiras religiosas y aprobación política.
Todos los verdaderos apóstoles de Jesucristo se
mantuvieron en la Verdad. Muchos de los apóstoles originales murieron a través
de martirio. Ellos soportaron muertes tortuosas porque verdaderamente amaban a
Dios con todo su corazón, toda su mente, todo su ser y toda sus fuerzas. Nunca
comprometieron la Verdad de Dios para escapar de la persecución y ser capaces
de gastar el resto de sus días en un tranquila comodidad.
¿Se mantendrá usted en Dios y en Su Verdad?
Durante un vil tiempo de apostasía y desintegración
política en el reino de Israel, el Rey Asa empezó su reinado sobre el reino de
Judá. Él demolió los ídolos en su tierra y ordenó al pueblo de Judá buscar a
Dios y guardar Sus mandamientos. Por diez años, Dios bendijo a Asa y a su
pueblo con descanso en todos los frentes. Cuando el pueblo de Judá tontamente
se volvió a la idolatría, Dios mandó un ejército inmenso de Etiopía contra
ellos. El rey Asa rogó a Dios por Su ayuda, y Judá fue victorioso contra el enemigo.
Luego Dios le dijo al rey Asa a través del profeta Azarías, “ ‘Escúchame, Asa, y toda Judá y Benjamin. El Señor esta con
ustedes mientras ustedes estén con El. Y si Lo buscan, El será encontrado por
ustedes. Pero si Lo abandonan, El los abandonará… Pero ustedes sean fuertes
y no dejen que sus manos estén débiles, porque su obra será
recompensada.’ ” (II Crónicas 15:2,7).
Entonces Asa y los príncipes y el pueblo de Judá,
se unieron con muchos del reino de Israel, “Y entraron en un pacto para
buscar al SEÑOR Dios de sus padres con todo su corazón y con toda su alma... porque habían jurado con todo su corazón y Lo buscaron con todo su
deseo. Y Él fue encontrado por ellos...” (Versículos
12,15).
Ellos quitaron sus ídolos abominables y dioses
paganos. Volvieron a Dios y lo buscaron con todo su corazón. Dios les respondió
y los bendijo, dándoles descanso de sus enemigos.
Pero treinta y seis años después, cuando el rey de
Israel subió para sitiar a Judá, Asa volvió su espalda a Dios e hizo una
alianza con el rey de Siria. En su problema, Asa falló en mirar a Dios,
pensando que él mismo podía solucionar el problema a su manera. Al contratar al
rey de Siria para pelear sus batallas, él comprometió su permanencia con Dios.
En este caso, él fue muy lejos al rechazar a Dios y no se arrepintió. Entonces
Hanani el vidente fue enviado por Dios para advertir a Asa y pronunciar el
juicio de Dios contra él. Hanani le dijo a Asa, “ ‘Porque has confiado en el rey de
Siria y no has confiado en el SEÑOR tu Dios, por tanto el ejercito del rey de
Siria ha escapado fuera de tu mano. ¿No fueron los etíopes y los libios un
ejercito enorme [casi un millón de
hombres] con muchos
carruajes y jinetes? Aun así, porque confiaste en el SEÑOR, Él los entregó en
tu mano, porque los ojos del SEÑOR corren de aquí para allá en toda la
tierra entera para mostrarse a Si mismo fuerte a nombre de aquellos cuyo
corazón es perfecto hacia Él. En esto has hecho tontamente; por
tanto, de ahora en adelante tendrás guerras.’ ”
(II Crónicas 16:7-9).
Demasiados cristianos son como Asa. Ellos empiezan
con gran celo por la Verdad de Dios y Lo buscan por fortaleza para hacer Su
voluntad. Pero después de un poco se vuelven flojos y empiezan a comprometerse.
Cuando las cosas se ponen difíciles, se olvidan de Dios y se vuelven a sus
propios asuntos. Ponen su confianza en los hombres, en vez de Dios. Aceptan
falsas enseñanzas y creencias paganas en vez de retener la Verdad. Esta
disposición para comprometerse es la razón para los cambios doctrinales en las
iglesias de Dios hoy. Los ministros y miembros no se apoyan en Dios el Padre y
Jesucristo. Como resultado, ¡demasiados son temerosos de tomar una posición por
la Verdad y por Dios!
Pero Dios ve nuestras acciones y conoce nuestros
corazones. Dios espera que nos paremos por la Verdad. Si lo hacemos, Dios
estará con nosotros. Él nunca nos dejará o abandonara mientras Lo estemos
buscando. El salmista preguntó, “¿Quién se levantará por mí contra los malhechores?
¿Quién se parará por mí contra los trabajadores de iniquidad?”(Salmo 94:16).
Dios está haciéndole la misma pregunta hoy. ¿Se
parará usted por Dios? ¿Se va contra los trabajadores de maldad que están
operando dentro de las iglesias de Dios? ¿Tendrá coraje de pararse sólo, si es
necesario? ¿O, como Asa, volverá la espalda a Dios y se apoyará en los hombres,
poniendo su confianza en sus falsas doctrinas y palabras suaves? ¿Qué hará
usted? ¿Se parará por Dios, o caerá con pecadores?
Desde el tiempo de la iglesia primitiva del Nuevo
Testamento, los cristianos han tenido que enfrentar esta pregunta. A través de
los siglos, incontables miles de verdaderos cristianos fueron martirizados
porque se rehusaron a comprometer la Verdad de Dios. Ellos rehusaron negar a
Dios el Padre y a Jesucristo. Fueron torturados y asesinados porque rehusaron
creer la doctrina de la Trinidad y todas las doctrinas abominables de la
Iglesia Católica. Fueron quemados, mutilados y asesinados por rehusarse
someterse a la tiranía de los papas y el señorío de los obispos y sacerdotes.
En vista de su fidelidad, ¿cree usted que Dios va a
darle vida eterna si usted compromete su llamado, Su Verdad y el sacrificio de
Jesucristo? ¡No se engañe a si mismo! No piense ni por un momento que
escondiendo sus ojos del conflicto puede evitar tomar una decisión. Si usted se
somete pasivamente a las doctrinas que son contraria a las enseñanzas de
Jesucristo, usted ya ha hecho su decisión.¡Usted está comprometiendo la Verdad
de Dios!
Los cristianos que comprometen la Verdad tarde o
temprano serán vencidos por falsas doctrinas. Si usted no se despierta así
mismo de la apatía espiritual, puede tener que enfrentas a Jesucristo y oírle
decir, “…no
los conozco’ ” (Mateo 25:12).
La Palabra de Dios claramente ordena a los
verdaderos cristianos retirarse del compañerismo con aquellos que corromperían
sus creencias y erosionarían su fe. Los hermanos fieles que continúan teniendo
compañerismo en la esperanza de preservar la Verdad eventualmente, o caerán
presa del engaño o serán expulsados de la iglesia. Aquéllos que caminan en la
luz de la Palabra de Dios no pueden tener compañerismo con los trabajadores de
oscuridad y engaño.
¡Somos ordenados a separarnos nosotros mismos de
ellos! No debemos tener compañerismo con ellos, o seremos partícipes de sus
pecados. Somos ordenados por Dios a retirarnos de tener compañerismo con
cualquier iglesia que enseñe contrario a la verdadera doctrina de Jesucristo.
Después de haberse retirado de una iglesia de Dios
corrupta, un verdadero cristiano dijo, “¡Es mejor vivir la Verdad sólo, que vivir una
mentira en grupo!”Eso es una verdad y una declaración profunda. ¿Qué hará
usted? ¿Escogerá ser fiel a la Verdad de Dios y amar a Dios el Padre y a
Jesucristo más que cualquier otra persona o cosa, incluso si usted debe
permanecer sólo?