Restaurando el
Cristianismo original—¡para hoy!
Iglesia de Dios
Cristiana y Bíblica
P.O. Box 1442
Hollister, California 95024-1442
(831)-637-1875
Iglesiadedioscristianaybiblica.org
theoriginalbiblerestored.org
afaithfulversion.org
churchathome.org
cbcg.org
Fred R. Coulter
Ministro
Carta para abril y
mayo
Abril 22, 2015
Queridos hermanos,
¡Tan solo vean el Medio Oriente! Está en constante tumulto y guerra,
con violencia fluyendo de ISIS e Irán a través de la región. La situación es un
reflejo del hecho de que la política exterior de la administración Obama es de
una incompetencia total. Como resultado de su ineptitud y debilidad, nuestros
supuestos aliados no confían en nosotros. ¡De hecho, estamos tratándolos como
enemigos y tratando a nuestros enemigos, especialmente Irán como nuestros
amigos!
Mientras tanto, ISIS e Irán están moviéndose para tomar el control
de toda la región. En verdad, Irán ha tomado casi que a todo Yemen. El poder militar
más poderoso en la tierra, el alguna vez orgulloso USA, no levantó ni un dedo
para detener la caída de Yemen. ¡Todo el personal y consejeros militares de USA
partieron repentinamente de Yemen en total derrota! Tuvieron que huir
tan rápidamente que dejaron todas sus armas y vehículos, así como información
de inteligencia vital, cuando fueron forzados a abandonar nuestra embajada en Sanaa.
En verdad, Dios está rompiendo el orgullo de nuestro poder (Levítico
26:19).
En el mundo islámico, las cosas están tan
mal que la Liga de Países Árabes, que consiste de 22 naciones, ha tenido que
unirse para luchar en contra del grupo musulmán Shiita houti el cual es
respaldado por Irán quienes han tomado control de Yemen y están amenazando a
Arabia Saudita. (La Liga incluye a Algeria, Baréin, Comoras, Yibuti, Egipto,
Irak, Jordania, Kuwait, Líbano, Libia, Mauritania, Marruecos, Omán, Palestina, Catar,
Arabia Saudita, Somalia, Sudan, Siria, Túnez, Emiratos Árabes Unidos y Yemen.) Sería
desastroso si se tomaran la ciudad de la Meca, el centro más importante de adoración
musulmana en el mundo. Arabia Saudita y Egipto han respondido con bombardeos aéreos
contra los houti para prevenir un ataque en Arabia Saudita y que se muevan
hacia la Meca.
La predominantemente Liga Árabe Suni al
parecer se levanta de las 10 naciones que estarán en contra del Israel moderno
y la nación de judíos en los últimos días. El Salmo 83 predice esto: “No guardes silencio, Oh Dios; no estés callado, y no estés
quieto, Oh Dios, porque he aquí, Tus enemigos están rugiendo; y aquellos que
Te odian han alzado su cabeza. Ellos toman consejo astuto contra Tu pueblo,
y traman juntos en contra de Tus protegidos. Han dicho, “Vengan, y cortémoslos
de ser una nación, de modo que el nombre de Israel no pueda más ser recordado.”
Porque con un corazón han tramado juntos; han hecho un pacto en contra Tuyo—los tabernáculos de
Edom, y los ismaelitas; de Moab, y los agarenos; Gebal, y Amón, y Amalec; los filisteos con el pueblo de Tiro; Y Asiria se
ha unido con ellos; han ayudado a los hijos de Lot” (versos 1-8).
Irán es llamado Persia en la Biblia. Su
máxima meta es aniquilar a los judíos en Palestina y traer la “¡muerte a USA!” Sin
embargo, los Imanes iraníes y los líderes políticos harían bien en leer el
libro de Ester. Entonces comprenderían que el Dios verdadero no permitirá que
tal evento tenga lugar. Note esta profecía del tiempo del fin concerniente a Jerusalén
en el libro de Zacarías: “He aquí, haré de
Jerusalén una copa de temblor a toda la gente de todo alrededor, cuando
ellos estén en el sitio contra ambas, Judá y Jerusalén. Y en ese día haré de Jerusalén una piedra pesada para
toda la gente. Todo el que se cargue a sí mismo con ella será cortado en
piezas, aunque todas las naciones de la tierra serán reunidas contra ella.
“En ese
día,” dice el SEÑOR, “golpearé a todo caballo con terror, y a su
jinete con locura. Y abriré Mis ojos sobre la casa de Judá, y golpearé a todo
caballo del pueblo con ceguera. Y los gobernantes de Judá dirán en su corazón,
‘La gente de Jerusalén será mi fortaleza en el SEÑOR de los ejércitos
su Dios.’ En ese día haré a los gobernantes de Judá como un corazón
de fuego entre la madera, y como una antorcha de fuego entre las gavillas.
Y ellos devorarán a toda la gente de alrededor, a la mano derecha y a la
mano izquierda…” (Zacarías 12:2-6).
Cuando regrese Jesucristo, Él vendrá con
todos los santos resucitados para destruir al malvado—sus ejércitos, la Bestia
y al Falso Profeta. “He aquí, el día del SEÑOR viene,
y su botín será dividido en medio de ustedes, “Porque Yo reuniré a todas
las naciones para luchar contra Jerusalén; y la ciudad será tomada, y las casas
saqueadas, y las mujeres violadas. Y mitad de la ciudad irá al exilio, y el
resto de la gente no será cortada de la ciudad.”
“Y el SEÑOR saldrá
y peleará contra aquellas naciones, como cuando Él peleó en el día de batalla.
Y Sus pies se pararán en ese día sobre el Monte de los
Olivos el cual está delante de Jerusalén al oriente, y el Monte de los
Olivos se partirá en dos, desde el oriente y hasta el occidente, y se hará un
valle muy grande. Y la mitad de la montaña se moverá hacia el norte, y la mitad
de ella hacia el sur. “Y ustedes huirán al
valle de Mis montañas; porque el valle de las montañas alcanzará a Azal. Y
huirán como huyeron desde antes del terremoto en los días de Uzías rey de Judá.”
Y el SEÑOR mi Dios vendrá, y todos los santos Contigo” (Zacarías
14:1-5).
¡Dios salvará a los judíos primero! “El SEÑOR también salvará las carpas de Judá primero, para
que la gloria de la casa de David y la gloria de la gente de Jerusalén no pueda
ser magnificada sobre Judá. En ese día el SEÑOR defenderá a los
habitantes de Jerusalén.…” (Zacarías 12:7-8).
Hoy, las organizaciones terroristas islámicas, afiliadas con
ISIS, están extendiéndose a muchos otros países—matando a cientos de personas
en Túnez, Libia, Nigeria y Kenia. Están amontonando ataques terroristas en
Europa también. Su meta es matar a todo el que reclame ser “cristiano.” ¡Esto también
puede ser un indicio de lo que va a venir para los cristianos verdaderos!
Jesús advirtió a Sus discípulos que estas cosas pasarían. De
hecho, tales eventos comenzaron justo después que la Iglesia empezó y han
continuado hasta nuestro tiempo. Hoy, estas Escrituras parecen las noticias
diarias: “Y oirán de guerras y rumores de
guerras. Miren que no dejen que estas cosas los perturben. Porque
es necesario que todas estas cosas tengan lugar, pero el fin no
es aún. Porque nación se levantará contra nación, y reino contra reino; y habrá
hambres y pestilencias y terremotos en diferentes lugares. Ahora todas
estas cosas son el comienzo de dolores. Entonces los entregarán a
aflicción, y los matarán; y serán odiados por todas las naciones por amor de Mi
nombre” (Mateo 24:6-9).
Esto es exactamente como Jesús profetizó que sería. Por tanto,
necesitamos poner nuestra confianza en Dios el Padre y Jesucristo. Debemos ver más
allá de los problemas presentes y mantener nuestras mentes en el regreso de
Cristo, la primera resurrección para vida eterna, y nuestro futuro glorioso
como los hijos e hijas de Dios. Como Jesús prometió: “Estas cosas les he hablado, para que en Mí puedan tener paz.
En el mundo tendrán tribulación. ¡Pero sean valientes! Yo he vencido al mundo” (Juan 16:33).
Pelear la buena batalla de fe hacia la perfección
a través de Jesucristo
Partiendo de las llamadas telefónicas recientes, los correos electrónicos
y cartas, es evidente que Dios nos ha bendecido a todos con una excepcional
Pascua y Fiesta de Panes sin Levadura. Todo el significado de la Pascua y la
Fiesta puede ser resumido en esta frase: pelear la buena batalla de fe hacia
la perfección. En Su última oración, Jesús oró por esta perfección para
nosotros: “Así como Me enviaste al mundo, Yo
también los he enviado al mundo. Y por su amor Me santifico a Mí mismo, para
que también puedan ser santificados en Tú verdad. No oro por éstos
solamente, sino también por aquellos que creerán en Mí a través de su palabra;
que todos ellos puedan ser uno; así como Tú, Padre, estás en Mí, y Yo en
Ti; que ellos también puedan ser uno en Nosotros, para que el mundo pueda creer
que Tú sí Me enviaste. Y Yo les he dado la
gloria que Me diste, para que puedan ser uno, en la misma forma que
Nosotros somos uno: Yo en ellos, y Tú en Mí, para que puedan ser
perfeccionados en uno; y que el mundo pueda saber que Tú sí me enviaste, y que
los has amado como Me has amado” (Juan 17:18-23).
Para alcanzar esta perfección a través de Su amor y gracia,
Dios ha ordenado que aprendamos observando Sus mandamientos (Salmo 111:10; Juan
14:14-21), lo cual a su vez refleja nuestro amor por Dios (I Juan 5:2-3). A través
de Sus Fiestas anuales, Dios revela Su maravilloso plan de vida eterna para
nosotros—y ultimadamente para toda la humanidad. Una gran lección de la Pascua
y Panes sin Levadura es que Dios nos ha llamado y escogido. Nosotros
respondimos Su llamado a través del arrepentimiento de nuestros pecados y Él
nos ha perdonado todos nuestros pecados a través de nuestro Señor y Salvador—Jesucristo.
Después del bautismo, con Su Espíritu Santo dentro de nosotros y por la gracia
continua de Dios en la cual permanecemos, tenemos contacto directo con Dios el
Padre. Pablo escribe: “Pero Dios, Quien es rico
en misericordia, por causa de Su gran amor con el cual nos amó, aun cuando
estábamos muertos en nuestras ofensas, nos ha dado vida junto con
Cristo. (Porque han sido salvos por gracia)… Porque a través de Él tenemos ambos [judíos y
gentiles] acceso directo por un Espíritu al
Padre” (Efesios 2:4-5, 18).
A través de las obras internas espirituales del Espíritu Santo
de Dios en nosotros, Él nos guía y nos enseña a través de nuestro estudio de Su
Palabra (Romanos 8:14; Juan 6:45). A través de la oración, nos comunicamos con
el Padre y Su Hijo a diario. Así es como Dios nos separa del mundo, incluso
mientras aun vivimos en el mundo. Note el contraste entre el malvado y el recto:
“El sacrificio del malvado es una
abominación al SEÑOR, pero la oración del recto es Su deleite.
El camino del malvado es una abominación al SEÑOR,
pero Él ama al que busca justicia” (Proverbios 15:8-9).
Encontramos la misma amonestación
en el Nuevo Testamento, cuando Pablo escribió a Timoteo: “Pero tú, Oh hombre de Dios [ponga su nombre allí], huye de estas cosas [los pecados y placeres de este
mundo], y persigue justicia, piedad, fe, amor,
resistencia y mansedumbre. ¡Pelea la buena batalla de la fe!
Aférrate a la vida eterna a la cual también fuiste llamado,…” (I Timoteo
6:11-12).
El apóstol Juan describe
como debemos vivir nuestras vidas y usar el Espíritu de Dios en obra y en
verdad: “Mis pequeños hijos, no deberíamos amar de
palabra, ni con nuestras lenguas; más bien; deberíamos amar en
hecho y en verdad. Y en esta forma sabemos que somos de la verdad, y
aseguraremos nuestros corazones delante de Él, que si nuestros corazones nos condenan [a causa del pecado], Dios es más grande que
nuestros corazones, y sabe todas las
cosas [y nos perdonará cuando nos arrepintamos].
“Amados, si
nuestros corazones no nos condenan, entonces tenemos confianza hacia
Dios. Y cualquier cosa que podamos pedir recibiremos de Él porque guardamos
Sus mandamientos y practicamos aquellas cosas que son agradables a Su vista.
Y este es Su mandamiento: que creamos en el nombre de
Su Hijo Jesucristo, y que nos amemos los unos a los otros, exactamente como
Él nos dio mandamiento. Y aquel que
guarde Sus mandamientos está viviendo en Él, y Él en él; y por esto sabemos que
Él está viviendo en nosotros: por el Espíritu el cual Él nos ha dado”
(I Juan 3:18-24).
Así es como debemos vivir nuestras vidas y caminar en los
caminos de Dios, usando Su Santo Espíritu, emparejado con Su Palabra. Uno de
los Salmos más poderosos para ayudarnos a crecer en gracia y conocimiento es el
Salmo 119. El Salmo revela percepción maravillosa de cómo Dios piensa. Muchas
veces he pensado que todo este Salmo podría ser una profecía de los
pensamientos de Jesús concerniente a los caminos de Dios—Sus mandamientos,
leyes, estatutos, ordenanzas, testimonios, preceptos y caminos. Debemos usar
estas enseñanzas en nuestras vidas diarias: “Benditos
son los puros en el camino, quienes caminan
en la Ley del SEÑOR. Benditos son aquellos quienes guardan Sus testimonios y quienes Lo
buscan con todo el corazón. Ellos
tampoco hacen iniquidad; caminan en Sus caminos” (versos 1-3).
“Hazme comprender
el camino de Tus preceptos, y entonces hablaré de Tus obras maravillosas.
Mi alma se derrite de tristeza; fortaléceme conforme a
Tu palabra. Remueve de mí el camino de mentira, y otórgame Tu ley
graciablemente. He escogido el camino de
verdad; he puesto Tus juicios delante de
mí. Me adhiero a Tus testimonios; Oh SEÑOR, no
me avergüences. El camino de Tus mandamientos ejecutaré porque agrandarás mi
corazón” (versos 27-32)
“Enséñame, Oh
SEÑOR, el camino de Tus estatutos, y lo guardaré hasta el final. Dame entendimiento, para que pueda guardar Tu ley y
observarla con todo mi corazón. Hazme
caminar en el sendero de Tus mandamientos,
porque en ellos me deleito.” (versos 33-35).
Jesús resumió esto de esta forma: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al
Padre, excepto a través de Mí” (Juan 14:6).
Cuando combinamos todos estos factores en nuestras vidas
diarias, somos capaces de crecer en gracia y conocimiento y desarrollar la
mente de Cristo y el carácter de Dios. Este es el proceso de ir hacia
perfección mientras vencemos el ego, el pecado interior, el mundo y a Satanás
el diablo. Note como el apóstol Pablo lo explica: “No sean unidos desigualmente con incrédulos. Porque ¿Qué tienen
en común la justicia y la ilegalidad? Y ¿Qué compañerismo tiene
la luz con la oscuridad? Y ¿Qué unión tiene Cristo con
Belial? O ¿Qué parte tiene un creyente con un incrédulo? Y ¿Qué acuerdo hay
entre un templo de Dios y los ídolos?
“Porque ustedes son templo del Dios vivo, exactamente como Dios dijo: “Viviré
en ellos y caminaré en ellos; y seré su Dios, y ellos serán Mi pueblo.
Por tanto, salgan de en medio de ellos y sepárense,”
dice el Señor, “y no toquen lo impuro, y Yo los recibiré; y seré
un Padre para ustedes, y ustedes serán Mis hijos e hijas,” dice el Señor
Todopoderoso. Ahora entonces, amados, ya
que tenemos estas promesas, deberíamos limpiarnos nosotros mismos de toda
contaminación de la carne y el espíritu, perfeccionando la
santidad en el temor de Dios” (II Corintios 6:14-18; 7:1).
Jesús prometió en la noche de Su última Pascua que ambos, Él y
el Padre habitarían en nosotros a través del poder el Espíritu Santo de Dios: “Si alguno Me ama, guardará Mi palabra; y Mi Padre le amará,
y Nosotros vendremos a él, y haremos Nuestra morada con él” (Juan
14:23).
Ahora, como los hijos espirituales de Dios el Padre a través de
Cristo, esperamos la Fiesta de Pentecostés. Somos los primeros frutos de
la creación espiritual de Dios (Santiago 1:18). Si permanecemos fieles a Dios,
creemos en Dios, confiamos en Dios y amamos a Dios con todo nuestro corazón, Él
continuará perfeccionándonos a través del poder de Su Santo Espíritu.
Como se representa por la Fiesta de Pentecostés, estamos
destinados a ser resucitados de los muertos; o, si estamos vivos al regreso de
Cristo, llegaremos a ser hijos e hijas de Dios nacidos del espíritu.
El significado de la Fiesta
de Pentecostés
Pentecostés y el Monte Sinaí: Después
que Dios sacó a los hijos de Israel de Egipto y ellos cruzaron el Mar Rojo,
llegaron al Monte Sinaí después de un viaje de casi 7 semanas. Entonces Dios personalmente
les habló los Diez Mandamientos. Tras escribir los Mandamientos en tablas de
piedra, se las dio a Moisés. Después de eso, Moisés escribió el resto de las
ordenanzas y estatutos que Dios dio a los hijos de Israel para formar el pacto
completo entre Él mismo e Israel. Luego el pacto fue ratificado en una ceremonia
sacrificial especial: “Y Moisés vino y le dijo
a la gente todas las palabras del SEÑOR, y todos los juicios. Y toda la
gente respondió con una sola voz y dijo, “Todas las palabras las cuales el
SEÑOR ha dicho, haremos.”
“Y Moisés escribió
todas las palabras del SEÑOR, y se levantó temprano en la mañana, y construyó
un altar en la base de la montaña y doce pilares de acuerdo a las doce tribus
de Israel. Y envió hombres jóvenes de los hijos de Israel quienes ofrecieron
holocaustos, y sacrificaron ofrendas de paz de bueyes al SEÑOR. Y Moisés tomó
la mitad de la sangre, y la puso en vasijas, y la mitad de la sangre la
roció sobre el altar. Y tomó el libro del
pacto, y leyó a los oídos de la gente. Y ellos dijeron, “Todo lo que el SEÑOR
ha dicho haremos, y seremos obedientes.”
Y Moisés tomó la sangre y la roció sobre la
gente, y dijo, “He aquí la sangre del pacto, el cual el SEÑOR ha hecho con
ustedes concerniente a todas estas palabras” ” (Éxodo 24:3-8).
Esta ceremonia finalizó la propuesta que
Dios les dio después que llegaron por primera vez al Sinaí—que serían un reino
especial y una nación santa: “Y
Moisés subió a Dios, y el SEÑOR lo hizo salir de la montaña, diciendo, “Así
dirás a la casa de Jacob y dirás a los hijos de Israel, ‘Han visto lo que hice
a los egipcios, y como los tomé sobre alas de águila y los traje hacia
Mí mismo. Ahora por tanto, si por cierto obedecen Mi voz y guardan Mi pacto,
entonces serán un tesoro especial para Mí sobre todas las gentes; porque
toda la tierra es Mía. Y serán para Mi un reino de sacerdotes y
una nación santa.’ Estas son las palabras las cuales hablarás a los
hijos de Israel” ” (Éxodo 19:3-6). Entonces,
como dijo Dios, “Israel fue santidad para el
SEÑOR, y los primeros frutos de Su incremento.…” (Jeremías 2:3). En
verdad, en esta primera “Fiesta de Pentecostés” en el Sinaí, Israel llegó a ser
los primeros frutos para Dios de las naciones del mundo.
Pentecostés y el Monte Sion: En el Nuevo
Testamento, Pentecostés representa a Dios enviando el Espíritu Santo en gran
poder, el cual fue el comienzo real de la Iglesia de Dios, construida sobre el
fundamento de Jesucristo y los apóstoles. Porque Dios escogió a Jerusalén como ubicación
de Su templo (construido por el rey Salomón), la Iglesia así mismo comenzó en
el templo de Dios. Si Dios hubiera derramado Su Santo Espíritu sobre los
apóstoles y discípulos en cualquier otro lugar, los judíos no habrían creído
que eso era de Dios. Sin embargo, como veremos, esto fue un evento tremendo en
el gran Plan de Dios: “Y cuando el día de
Pentecostés, el cincuentavo día, estaba siendo cumplido, todos ellos
estaban de común acuerdo en el mismo lugar. Y de repente vino desde el cielo un
sonido como el ímpetu de un poderoso viento, y llenó la casa entera
donde estaban sentados. Y allí les aparecieron lenguas divididas como de fuego,
y se sentaron sobre cada uno de ellos. Y todos ellos fueron llenos con el Espíritu
Santo; y comenzaron a hablar en otros idiomas como
el Espíritu les daba las palabras para proclamar” (Hechos 2:1-4).
La forma en la que Dios derramó Su Espíritu—en
la presencia de miles de judíos reunidos en el templo observando Pentecostés—¡no
dejó duda que este fue un acto poderoso de Dios! Al hacer que los apóstoles hablaran
en otros numerosos idiomas por el poder del Espíritu Santo, Dios estaba
mostrando claramente Su intervención divina y personal. Esto no fue la obra de
hombres, sino de Dios. Esta increíble manifestación de poder divino también proveyó
un sello de autoridad de Dios, confirmando que los apóstoles eran Sus testigos
escogidos y llamados:
“Entonces habían muchos judíos quienes estaban peregrinando
en Jerusalén, hombres devotos de cada nación bajo el cielo. Y cuando la palabra
de esto salió, la multitud se reunió y estaba confundida, porque cada uno los
oía hablar en su propio idioma. Y estaban todos ellos asombrados, y
maravillados, diciendo el uno al otro, “He aquí, ¿No son Galileos todos estos
que están hablando? Entonces ¿Cómo es que escuchamos a cada uno en
nuestro propio idioma en el cual nacimos? Partos y Medos y Elamitas, y aquellos
quienes habitan Mesopotamia, y Judea y Capadocia, Pontus y Asia, Frigia y
Panfilia, Egipto y las partes de Libia la cuales están cerca de Cirene,
y los Romanos que están peregrinando aquí, judíos y prosélitos,
Cretenses y Árabes; los escuchamos hablar en nuestros propios idiomas las
grandes cosas de Dios.” Y estaban todos asombrados y grandemente perplejos,
diciéndose el uno al otro, “¿Qué significa esto?” ” (Hechos 2:5-12).
Después de hacer guardar silencio a unos
pocos detractores, Pedro se puso de pie para predicar un mensaje poderoso
acerca de la crucifixión y resurrección de Jesucristo a los miles reunidos en
el templo. Después de condenar a muchos de ellos en conciencia, los llamó a
arrepentirse a Dios por sus pecados y por su participación y acuerdo en la crucifixión
de Cristo: “Por tanto, toda la casa de Israel sepa con plena seguridad que
Dios ha hecho a este mismo Jesús, a Quien ustedes crucificaron,
ambos Señor y Cristo. Entonces después de oír esto, ellos
fueron compungidos del corazón; y dijeron a Pedro y a los otros apóstoles,
“Hombres y hermanos, ¿Qué haremos?”
Entonces Pedro les dijo, ‘Arrepiéntanse
y sean bautizados cada uno de ustedes en el nombre de Jesucristo para la
remisión de pecados, y ustedes mismos recibirán el regalo del Espíritu Santo.
“Porque la promesa es para ustedes y para sus hijos, y para todos
aquellos que están lejos, tantos como el Señor nuestro Dios pueda
llamar.” Y con muchas otras palabras
sinceramente testificó y exhortó, diciendo, “Sean salvos de esta perversa
generación” ” (Hechos 2:36-40). Como
resultado, tres mil fueron bautizados y adicionados a la Iglesia en aquel Pentecostés.
Porque aquellos bautizados quienes estuvieron realmente involucrados en la crucifixión
de Jesús, recibieron el perdón que Jesús había pedido al Padre cuando Él fue
clavado en la cruz: “Padre, perdónalos, porque no
saben lo que están haciendo” (Lucas 23:34). Así es como la Iglesia comenzó
en el día de Pentecostés en el 30 dC.
Jesucristo, el primero resucitado de los
muertos, fue el precursor (Hebreos 6:20). También, en Levítico 23:10-11, “la primera
gavilla de los primeros frutos” mecida ante Dios presagiaba la ascensión
de Jesús al cielo para ser aceptado por Dios como el “primero de los primeros
frutos.” Además de ser el primero de los primeros frutos, Jesús también es
llamado “el primogénito de entre los muertos” (Colosenses 1:18; Apocalipsis
1:5) y “el primogénito entre muchos hermanos” (Romanos 8:29).
Dios llevó al Israel antiguo al Monte Sinaí para
que recibieran los mandamientos de Dios y entraran en un pacto con Él como Su
pueblo. Así mismo, en la primera resurrección, los hermanos de Cristo serán llevados
por los ángeles a Monte Sion en el cielo arriba para reunirse con Jesús. En
aquel tiempo, veremos a Dios el Padre cuando Jesús nos presente a Él: “He aquí, Yo y los hijos que Dios Me ha dado” (Hebreos
2:13).
¡Nuestro llamado y destino son en verdad
maravillosos! Note la exhortación de Pablo mientras él compara nuestro llamado
a aquellos del Israel antiguo reunidos en Monte Sinaí: “Por tanto, levanten las manos que están
caídas, y revivan las rodillas debilitadas; y hagan senderos rectos para
sus pies, no sea que lo que es cojo sea puesto al lado; sino más bien
sea sanado. Persigan paz con todos, y santidad, sin la cual nadie verá al Señor;
buscando diligentemente, no sea que
cualquiera caiga de la gracia de Dios;....
“Porque no han venido al monte [Sinaí] que podía ser
tocado y que quemaba con fuego, ni a penumbra, y temible oscuridad, y el
torbellino; y el sonido de la trompeta, y a la voz de las
palabras, las cuales aquellos que oyeron, rogaron que la palabra
no fuera hablada directamente a ellos. (Porque no pudieron soportar lo
que estaba siendo ordenado: “Y si incluso un animal toca la montaña, será
apedreado, o atravesado con una flecha”; y tan espantosa fue la visión que
Moisés dijo, “Estoy grandemente asustado y temblando”.)
“Sino han venido al Monte Sión, y a la ciudad del Dios vivo, la
Jerusalén celestial; y
a una innumerable compañía de ángeles; a la reunión festiva
gozosa; y a la iglesia de los primogénitos, registrada en
el libro de vida en el cielo; y a Dios, el Juez de todos; y a
los espíritus de los justos que han sido perfeccionados; y a Jesús, el
Mediador del Nuevo Pacto; y a la aspersión de la sangre de ratificación,
proclamando cosas superiores que esas de Abel.” (Hebreos 12:12-15, 18-24).
Somos llamados la “Iglesia de los primogénitos”
(Hebreos 12:23) y los primeros frutos para Dios (Santiago 1:18). Esto significa
que el resto de la cosecha de la cebada de 7 semanas, representa a aquellos que
serán resucitados a vida eterna en la primera resurrección. El patrón de las “7
Iglesias” en Apocalipsis 2 y 3 es un paralelo de las 7 semanas de conteo hacia Pentecostés,
con el día 50 representando la primera resurrección a vida eterna.
Nuevamente, encontramos el mismo patrón—Jesucristo
el Primer Fruto, luego el resto de la cosecha, la Iglesia, a Su venida: “Pero ahora Cristo ha sido levantado de los muertos; Él
ha llegado a ser el primer fruto de aquellos que han dormido [muerto
en la fe]. Porque ya que por un hombre vino
la muerte, por un hombre también vino la resurrección de los
muertos. Porque como en Adán todos mueren, así también en Cristo todos
serán hechos vivos. Pero cada uno en su propio orden: Cristo el primer
fruto; luego, aquellos que son de Cristo a Su venida” (I Corintios
15:20-23).
Tenemos el más grande llamado y destino—¡ser
los hijos e hijas de Dios en la primera resurrección! En aquel tiempo, seremos
glorificados con un cuerpo y mente espiritual. Pablo escribe de esta promesa: “Pero para nosotros, la mancomunidad de Dios
existe en los cielos, desde donde también estamos esperando al Salvador,
el Señor Jesucristo; Quien transformará nuestros viles cuerpos, para
que puedan ser conformados a Su glorioso cuerpo, de acuerdo al trabajo
interno de Su propio poder, por el cual Él es capaz de someter todas las
cosas a Sí mismo” (Filipenses 3:20-21).
El apóstol Pedro también escribe de esto: “Gracia y paz sean multiplicadas a ustedes en el conocimiento
de Dios y de Jesús nuestro Señor, de acuerdo
a como Su divino poder nos ha dado todas las cosas que pertenecen
a la vida y a la santidad, a través del conocimiento de Quien nos
llamó por Su propia gloria y virtud; a
través de la cual Él nos ha dado las más grandes y preciosas promesas, que a
través de estas ustedes pueden convertirse en participes de la naturaleza
divina, habiendo escapado de la corrupción que está en el mundo
a través de lujuria” (II Pedro 1:2-4).
Hoy, con el mundo en las garras de la
ilegalidad y opresión satánica, necesitamos ser animados para mantener nuestras
mentes fijas en el gran propósito de Dios para nosotros—el Reino de Dios, la resurrección,
y la Familia de Dios. Dios motivó a los apóstoles a través del poder del Espíritu
Santo a escribir de estas promesas sorprendentes. Juan escribe: “¡He aquí! ¡Qué glorioso amor nos ha dado el Padre, que
deberíamos ser llamados los hijos de Dios! Por esta misma razón, el mundo
no nos conoce porque no lo conoció a Él. Amados,
ahora somos los hijos de Dios, y no ha sido revelado aun lo que seremos; pero
sabemos que cuando Él sea manifestado, seremos como Él, porque lo veremos
exactamente como Él es. Y todo el que tiene
esta esperanza en Él se purifica a sí mismo, incluso como Él es puro” (I
Juan 3:1-3).
Un resumen de los eventos claves
relacionados a Pentecostés: El uso exclusivo de Dios de la Fiesta de Pentecostés
en el pasado ha magnificado y adicionado a su significado. Hoy, cuando
observamos Pentecostés, podemos recordar las lecciones de la Fiesta en el
Antiguo y Nuevo Testamentos:
1) Dios dio los Diez Mandamientos a Israel
(Éxodo 20:1-17; Deuteronomio 5:7-21).
2) Israel celebraba la cosecha completa
de los primeros frutos del trigo y la cebada (Éxodo 23:16).
3) Dios envió el Espíritu Santo para
comenzar Su Iglesia.
4) Después de nuestro arrepentimiento y
conversión, con el Espíritu Santo morando en nosotros, Dios comienza a escribir
Sus leyes y mandamientos en nuestros corazones y mentes (Hebreos 10:16).
5) La predicación milagrosa de los apóstoles
en muchos idiomas fue un cumplimiento directo de la profecía de que el
Evangelio sería predicado en todo el mundo, a todas las naciones (Mateo
28:18-20; Lucas 24:44-47; Hechos 1:8).
6) Al enviar el Espíritu Santo, Dios señaló
que Él iba a rechazar y ultimadamente a destruir el templo y su sistema de adoración
(Isaías 66:1-4; Mateo 22:1-7; Hechos 7:44-50).
7) Todos los que desean adorar a Dios
el Padre pueden hacerlo ahora en espíritu y en verdad—desde cualquier ubicación
en el mundo, no tan solo en el templo en Jerusalén como Dios había ordenado a Israel
(Juan 4:20-24; Hebreos 10:16-22).
¿Cuál día es el “Ultimo día”? Hace
algunos años, un hombre escribió un libro reclamando que la primera resurrección
tendría lugar en el Último Gran Día, el octavo día después de los siete días de
la Fiesta de Tabernáculos (Levítico 23:34, 39). Así, con este razonamiento, la
primera resurrección sería en realidad lo último que tendría lugar en el Plan
de Dios. Esto no tiene sentido en absoluto. Él basó su conclusión en la
declaración de Jesús encontrada en Juan 6:39, “Y esta es la voluntad del Padre, Quien Me envió: que de todos
los que Él Me ha dado, Yo no debería perder ninguno, sino debería levantarlos
en el último día.”
Si la declaración de Jesús no significa el “Último
Gran Día” después de la Fiesta de Tabernáculos, entonces ¿qué significa?
Dado que Jesús hizo algunas otras referencias al “ultimo día”
en Juan 6, examinaremos estas Escrituras y determinaremos el contexto general
de Sus declaraciones: “Y ésta es la voluntad de
Quien Me envió: que todo el que vea al Hijo, y crea en Él, pueda tener vida
eterna; y Yo lo levantaré en el último día…. Nadie puede venir a Mí a menos que el Padre, Quien Me envió, lo
atraiga; y Yo lo levantaré en el último día.… Aquel que come Mi carne y bebe Mi sangre tiene vida eterna,
y Yo lo levantaré en el último día” (versos 40, 44, 54).
Es aparente que Jesús está
hablando de aquellos quienes serían llamados y convertidos en el tiempo de vida
presente de uno y estarían en la primera resurrección. Él no está hablando de
aquellos que serán resucitados en la segunda resurrección a una segunda vida
física en la carne para que tengan su primera oportunidad de salvación. La segunda
resurrección es representada por el octavo día, el Último Gran Día después de
los 7 días de la Fiesta de Tabernáculos.
Considere esto: Dado que a los que Jesús se está
refiriendo en Juan 6 estarán en la primera resurrección, ¿por qué Él hizo la declaración
4 veces, “Los levantaré en el último día”? Dado que sabemos que la Fiesta de Pentecostés
representa la primera resurrección, ¿por qué Jesús dijo que los santos serían
resucitados a vida eterna “en el último día”?
La respuesta es encontrada en la estructura
del Calendario Hebreo Calculado (CHC). El CHC es contado con el primer día del séptimo
mes, la Fiesta de Trompetas, siendo el primer día del año. Por tanto, cuando
los Días Santos son contados comenzando con Trompetas como el primer Día Santo,
tenemos la siguiente secuencia de Días Santos:
1) Trompetas 5) Pascua—no un Día
Santo
2) Expiación 6) Primer Día de
Panes sin Levadura
3) Tabernáculos 7) Ultimo Día de
Panes sin Levadura
4) Ultimo Gran Día 8) Pentecostés
Cuando las fiestas de Dios son contadas
desde Trompetas, Pentecostés, que representa la primera resurrección, es
en realidad “el ultimo día.” Es por eso que Jesús declaró que aquellos que son
convertidos en esta era serán levantados en “el último día”—el cual es Pentecostés
cuando es contado desde el comienzo del CHC, con la Fiesta de Trompetas como el
primer Día Santo del año.
Note que en la secuencia del CHC de conteo
de las Fiestas, Pentecostés es la octava Fiesta de Dios, así como el ultimo día.
Más aun, el numero 8 significa un nuevo comienzo. La primera resurrección es el
nuevo comienzo de vida eterna para todos los santos. Más aun, cuando se cuentan
los 50 días a Pentecostés, el día 50 es el primer día después de la séptima
semana o séptimo sábado, haciendo este el primer día de la octava semana.
Finalmente, este día es el octavo primer día de la semana desde el comienzo del
conteo de 50 días.
Cuando entendemos lo que Jesús quiso decir
al declarar que Él los “resucitaría en el último día,” podemos ver que la
primera resurrección no ocurre en la Fiesta de Trompetas. La razón es esta: Trompetas
es el primer día del conteo, no el último día. De otro lado, cuando se cuenta
desde el mes de Nisan como el primer mes, la secuencia de las Fiestas es
totalmente diferente: Pentecostés es la cuarta Fiesta y el tercer Día Santo, y
Trompetas es la quinta Fiesta y el cuarto Día Santo. En esta secuencia, ningún día
puede ser el “último día.”
Jesús declaró que Él resucitaría a aquellos
en la primera resurrección a vida eterna “en el último día.” Sus declaraciones
solo pueden ser ciertas al contar desde la Fiesta de Trompetas como el primer día
del año de acuerdo al CHC. Esto significa que Trompetas no puede representar la
primera resurrección. Más aun, dado que la Fiesta de Trompetas es un memorial
de toque de trompetas, otro problema se presenta: ¡No es posible decir cuando sería
tocada la última trompeta para señalar la primera resurrección! ¿Qué si
la última trompeta a ser tocada en la Fiesta de Trompetas sonara al ocaso,
terminando el día de la Fiesta? Entonces Trompetas no puede representar la
primera resurrección ¡bajo ninguna circunstancia!
Las Escrituras revelan que la única secuencia del toque de
trompetas es encontrada en el libro de Apocalipsis, capítulos 7, 8 y 11—las 7 trompetas
tocadas por los 7 ángeles. En el capítulo 11, la séptima trompeta, o última
trompeta es tocada. Entonces la Palabra de Dios en sí misma proclama la primera
resurrección—la cual tiene que ser en el día de Pentecostés, como las
Escrituras nos dicen. Note:
“Entonces el
séptimo ángel tocó su trompeta; y hubo grandes voces en el cielo
diciendo, “Los reinos de este mundo han llegado a ser los reinos de
nuestro Señor y Su Cristo, y Él reinará en los siglos de eternidad.” [el
último día de gobierno del hombre bajo Satanás el diablo]. Y los veinticuatro ancianos, quienes se sientan delante de
Dios sobre sus tronos, cayeron sobre sus caras y adoraron a Dios,
diciendo, “Te damos gracias, Oh Señor Dios Todopoderoso, Quien es, y Quien era,
y Quien está por venir; porque has tomado para Ti mismo Tu
gran poder, y has reinado.
“Porque las
naciones estaban furiosas, y Tu ira ha venido, y el tiempo de los muertos
para ser juzgados, y dar la recompensa a Tus siervos los profetas, y a los
santos, y a todos aquellos que temen Tu nombre, los pequeños y los
grandes [la resurrección en la 7ma trompeta—la última trompeta]; y para destruir a aquellos que destruyen la
tierra.” Y el templo de Dios en el cielo fue abierto, y el arca de Su
pacto fue vista en Su templo; y hubo rayos, y voces, y truenos, y un terremoto
y gran granizo” (Apocalipsis 11:15-19).
Cuando la primera resurrección tenga lugar, ángeles
llevarán a los santos a un mar de vidrio gigantesco en las nubes sobre Jerusalén
para reunirse con Cristo. “Y vi un mar de vidrio
mezclado con fuego, y aquellos que habían obtenido la victoria sobre la bestia,
y sobre su imagen, y sobre su marca, y sobre el número de su nombre, de
pie sobre el mar de vidrio, teniendo las liras de Dios. Y estaban
cantando la canción de Moisés, el siervo de Dios, y la canción del
Cordero, diciendo, “Grandes y asombrosas son Tus obras, Señor Dios
Todopoderoso; justos y verdaderos son Tus caminos, Rey de los santos.
¿Quién no Te temerá, Oh Señor, y glorificará Tu nombre? Porque solo Tú eres
santo; y todas las naciones vendrán y adorarán delante de Ti, porque Tus
juicios han sido revelados” ” (Apocalipsis 15:2-4).
Otras cosas que tendrán lugar en el Mar de Vidrio
antes que Cristo y los santos regresen a la tierra a establecer el Reino de
Dios:
1) Los santos recibirán sus nuevos nombres (Apocalipsis
2:17).
2) A los santos les son dadas sus
recompensas (I Corintios 3:8; Apocalipsis 11:18; 22:12; II Juan 8).
3) Los santos recibirán sus asignaciones
como reyes o sacerdotes (Apocalipsis 20:6).
4) El matrimonio del Cordero y Su novia tendrá
lugar (Apocalipsis 19:6-8).
5) La cena matrimonial tendrá lugar (Apocalipsis
19:9; Mateo 22:1-13).
6) Los santos atestiguarán las 7 plagas
derramadas—la venganza de Dios (Apocalipsis 15:5-8; 16:1-21; Salmos 149:4-9). La
séptima plaga será la Batalla de Armagedón.
7) Los
santos serán reunidos en el ejército de Dios y pelearán junto con Cristo
mientras regresan a la tierra con Jesús para establecer el Reino de Dios (Apocalipsis
19:11-21; Zacarías 14:1-9).
Tomará tiempo para que todas estas cosas
transpiren, indudablemente extendiéndose desde el día de Pentecostés hasta la
Fiesta de Trompetas—alrededor de 4 meses, cumpliendo así los eventos de
Apocalipsis capítulos 15-16 y 18-19.
Entonces, la Palabra de Dios revela que así
como Dios comenzó la Iglesia en Pentecostés al enviar el Espíritu Santo, Él completará
la cosecha de Su Iglesia—los primeros frutos espirituales—en Pentecostés. En
aquel día Dios resucitará de los muertos a todos los santos rectos—desde Abel, el
primer mártir, hasta los dos testigos, los últimos mártires. En la
resurrección, todos seremos cambiados en un parpadeo de ojo y se nos darán
cuerpos gloriosos e inmortales como los hijos e hijas espirituales de Dios el
Padre. “…estamos esperando al Salvador, el
Señor Jesucristo; Quien transformará nuestros viles cuerpos, para que puedan
ser conformados a Su glorioso cuerpo, de acuerdo al trabajo interno de Su
propio poder, por el cual Él es capaz de someter todas las cosas a Sí
mismo.” (Filipenses 3:20-21). Como seres espirituales glorificados,
brillaremos como las estrellas del cielo (Daniel 12:1-3; Mateo 13:43). Este es
el significado de la Fiesta de Pentecostés—la cosecha de los primeros frutos. Este
año Pentecostés es el 24 de Mayo del 2015.
En mayo, tendremos nuestra Conferencia de
Ancianos en Florence, Kentucky, en el Hilton del aeropuerto. Tendremos los
servicios de Sábado el 9 de Mayo, con sesiones en la mañana y tarde.
Estamos alcanzando a muchos hermanos y gente
nueva a través de nuestros sitios web. Los primeros 3 meses del 2015 tuvimos más
de 458,000 visitantes distintos. Asegúrese y visite nuestro nuevo sitio web afaithfulversion.org.
Este tiene el texto digital completo de La Santa Biblia en Su orden original
(en inglés solamente), además de todos los comentarios y apéndices. El Nuevo
Testamento tiene completo el texto y audio; el Antiguo Testamento tiene
completo el texto y audio para la primera división de la Biblia, la Ley—los
5 primeros libros. Puede usar el texto y audio en sus teléfonos y otros aparatos.
Hermanos, gracias por su amor continuo y
oraciones. Por favor oren cada día por todos aquellos hermanos que necesitan
sanidad, ánimo y fortaleza—y por aquellos que necesitan trabajo. Oramos por
ustedes cada día que Dios este con ustedes, los ayude, guie, sane y proteja—especialmente
mientras este mundo llega a ser más peligroso cada día. Gracias por sus diezmos
y ofrendas de modo que podemos continuar juntamente alimentando el rebaño de
Dios y predicando el Evangelio al mundo. Recuerde, ¡permanezcamos en gracia,
caminemos en fe, creamos en esperanza y vivamos en amor! Que Dios los
bendiga en todas las cosas.
Con amor en Cristo Jesús,
Fred R. Coulter
FRC